Hermanos, ya no recuerdo las profecías mayas heredadas, creo que hablaban de un final de la humanidad pero el surgimiento de una nueva era a manos de unos cuantos elegidos para sobrevivir.
“A mi hermano le asusta pensar en el final”
Y yo creyendo que seré elegida por los seres cósmicos para visitar su galaxia por un solo día, aunque cuando regrese a la mía habrán pasado lustros de su final y seré testigo de la nueva fraternidad.
“A mi hermano le asusta pensar en el final”
Siempre está la posibilidad de no ser elegida, de quedarse aquí mientras la Tierra se renueva volcándose hacia su propio centro y los que estemos seremos escupidos entre lava ardiente, como las pulgas de un perro recién bañado seremos expulsados, algunos levantaremos los brazos al cielo clamando, mas que perdón ayuda celestial, en vano.
“A mi hermano le asusta pensar en el final”
A mi hermano le molesta que le hable del final, prefiere no pensar en ello, yo le digo que igual y podemos fallecer mañana o pasado en algún accidente y ese sería ya el final, el Apocalipsis de nuestras células, el nuestro adelantado sin importar lo que hagamos, todo lo iniciado tiene que terminar, nuestra profecía personal fue escrita desde el momento en que nacimos en este mundo, ahora ya no hay marcha atrás.
“A mi me asusta pensar que así será”
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* Esta fue la primera revelación que me hicieron las voces, en fin, ya les había advertido en un par de entradas que sería algo distinto cuasi más marihuano a lo que se acostumbra en este blog.
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