···Dudas Existenciales···

exposición de mis miedos, traumas de estos mis días de existencialismo barato.


Cuando cumplí 21 tenía un deseo: ponerme un piercing en la ceja. Rogué con antelación a mis padres pero ellos nunca aceptaron o al menos no como yo hubiese querido, siempre con los comentarios de doble intención (no me refiero a los albures XD) de “Haz lo que quieras, pero...” “Es tu cuerpo pero...” y así, el “pero” terminando sus enunciados, entonces, días después de cesados mis ruegos se presentó mi hermana menor en la casa con un arete en el ombligo, sin haber pedido permiso ni nada, así fue como terminé enojada, con sentimientos encontrados ante tal situación, aunado a comentarios de mis padres, todo se me vino encima como una avalancha de nieve (de esas que aquí no se dan mas que en el sentido metafórico) y terminé yendo el día después de mi cumpleaños a ponerme MI piercing, porque era mío, yo lo había pagado, nadie me lo había dado de regalo.

Un año y meses después (ayer) volví a ponerme un piercing, ahora en el brazo, una nueva discusión en casa, la casualidad (o causalidad?) de ganar un piercing superficial por parte de una revista, etc. Un amigo me preguntó sobre los orígenes de las perforaciones, tal vez pensando que no las conocía, pero en realidad yo no lo hice por creencias de idolatría o al menos no en el mero sentido religioso de los antiguos pobladores, No, aunque no había razonado demasiado en el fondo real de mi gusto por tales actos “destructores de mi templo” (así dice mi padre).

Antes la soledad, el sentimiento de abandono u olvido me llevaron a descargar mis ansias mediante un rictus de dolor, hoy es el regreso de, si no del amor (palabra de difícil uso y veracidad), al menos del apego a algo, la compenetración de dos almas con defectos y virtudes, inquietudes y miedos, con problemas existenciales que nos separan a la vez que más nos unen, Uh! una cosa de verdad extraña esta relación, cómica-mágica-musical en demasía (jajaja).

Y es que así como unos descargan sus frustraciones tomando, drogándose o haciendo cosas extremas (peligrosas), yo tengo mi particular modo de llevar a cabo LA CATARSIS, la hecatombe de sentimientos bipolares desbordados que lo orillan a uno a hacer cosas que no siempre parecen ser las mejores o más ortodoxas, ni creo que sean las más correctas pero que a fin de cuentas existen como existimos todos, como todas las cosas: están ahí a la espera de que alguno de nosotros las tome o deseche, de acuerdo a nuestro grado aparente de “libertad”, del mentado “libre albedrío”, antes lo llamaría incluso hasta actos de rebeldía (ahora ya un concepto tan desvirtuado por la cultura POP), pero sobre los verdaderos rebeldes hablaré en otra ocasión, HOY sólo quise darles a conocer mi particular sentir sobre mi particular método catártico: horadando mi cuerpo.

-¿Te dolió?. Me preguntó el chavo que me perforó (sin albur) y pensé en lo mismo “¿Me dolió?” Sí y No, What? claro que se siente algo cuando la aguja penetra en tu piel, pero no sé si podría llamarse dolor, con el de la ceja prácticamente no sentí gran cosa (como mis detractores me dijeron) pero con este sí, y fue un dolor placentero, me gustó en verdad, y creo que lo volvería a hacer, aunque con eso perdería su sentido inicial en mi vida, se volvería algo común, un asunto de “gusto por el dolor” en sustitución del asunto “liberador” de la catarsis... mmm, NO, creo que mejor lo dejo cómo está... ¿Cuándo será mi próxima metamorfosis?

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