···Dudas Existenciales···

exposición de mis miedos, traumas de estos mis días de existencialismo barato.

Definiciones hay tantas y tan variadas en la red que no debe extrañaros que me haya formado (en base a fuentes ajenas) una propia, en esencia y distando de la escolástica, me propongo iniciar diciéndote desocupado lector qué NO es el romanticismo. El romanticismo y el movimiento de los románticos surgió como una oposición al fenómeno industrial y visionario (ficcionario) de la época: El automatismo, los obreros en serie, de espíritus apagados y trabajando con trajes grises, a veces con dinero para comer otras tantas viviendo de la caridad, andantes por el camino surcado de los que siguen las normas dictadas por la sociedad y las instituciones reinantes.

Los primeros románticos no estaban conformes con la realidad que les había tocado vivir y con el fuego en sus almas, la eterna juventud (no importando la edad sino las ganas) corriendo por sus venas, las ideas frescas en el lienzo de sus mentes y lo más importante quizás, el convencimiento absoluto de que siempre tendrían la suficiente libertad para salirse de los moldes, de lo preestablecido, de seguir poniendo en práctica sus ideales, al menos en el papel, en las hojas de libros que muchos hubiesen preferido se quedasen en el olvido, vedados o estigmatizados y la rebeldía sepultada.

En la actualidad ambos términos han sido víctimas del mismo mal: se ha desvirtuado por completo su significado, cómo muchas palabras a lo largo de los siglos de historia, no obstante me concentro en estos dos por el fenómeno que se ha dado. De pronto, unos siglos después el romanticismo “es” sinónimo de cursilería (o amoríos cuasi pueriles) y el término rebelde, bueno, al menos en México ni que se diga, un grupito de niños fresas (no precisamente de estratos sociales altos) llevándole la contraria a sus padres por asuntos meramente hormonales o de moda (‘borreguismo’), lejos quedaron aquellos rebeldes (subversivos) que tomaban las armas y/o las plumas para defender sus ideales, su autonomía y libre elección.

Por esto y mas, me atrevo a considerar a los románticos como los primeros rebeldes de hueso colorado o duros de roer, que paradójicamente no estaban en comunión con los movimientos creados y no obstante en siglos posteriores ellos mismos se convertirían en todo un movimiento cultural a seguir, ¡qué las cosas! Por algo dicen que todos estos fenómenos son cíclicos, porque no sólo la moda en el vestir va y viene, no, también los movimientos sociales, políticos y culturales tienen su ida y vuelta en esta ruleta rusa.

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