···Dudas Existenciales···

Y de pronto, un último empuje me hizo atravesar aquella piel de cordero, justo cuando me daba por vencido vi la luz artificial de aquella habitación y sentí de nuevo el aire revitalizarme. Pude ver alrededor de mí a ese brazo inflamado y al 'Rastudo' nervioso sacar toallas y más toallas para contener aquél río de sangre emanando dentro de mi nuevo ser. Yo sinceramente no creí que esa mujer aguantara su nueva situación por una semana más contrario a esto duró casi los tres meses, sí, tres meses duró mi agonía.

Algunos días su brazo amanecía tan hinchado como si lo hubiera picado un ponzoñoso animal, y en cierta forma así fue, yo fui esa "ponzoña" que atacó su cuerpo. Otros días amanecía en aparente calma, algunos ligeros accidentes me hicieron ver mi suerte, como una vez que por su descuido me atoré en la bolsa de una de sus amigas o en la cortina de su trabajo, sentí que sería decapitado. Lo que ella ignoraba era que bajo su piel se aglutinaban lagunas de sangre y pus, sus defensas me habían declarado la guerra como "agente extraño" y no descansarían hasta expulsarme de ahí.

Para mi buena o mala fortuna lo lograron cumplidos los 3 meses, un día antes de año nuevo las cosas se pusieron terribles para mí, en nuestro brazo se formó una terrible montaña morada que amenazaba con ponerse negra o, peor, con sucumbir hasta gangrenarse. A empujones hicieron que la chica entrara en razón y decidiera poner fin a nuestro martirio: con ayuda de su hermana giró mi cabeza hasta desprenderla de mi cuerpo y con la mano temblorosa sacó el resto de mi ser del suyo, está de más decirles todo lo que emanó de ahí con mi expulsión, después de todo yo sólo había fungido desde el inicio como un tapón de aquella terrible laceración...

Ahora puedo decirles que vivo tranquilo, fui colocado en una cajita junto con otros amigos “piercings” y aunque ellos de vez en cuando son sacados de ahí para ser usados yo tengo la seguridad de que ella no me volverá a usar a mi jamás...